-Papi, ¿por qué no quieres a mamá?
-Claro que la quiero.
-¿Por qué no vives aquí con nosotras entonces?
-Porque mamá no me quiere como yo a ella.
-No lo entiendo.
-Mira, yo quiero a mamá como ella quiere a Miguel y mamá me quiere como quieres tu a tú amigo Sergio.
-¿Por qué papá?
-No lo se hija mía, pero no te preocupes yo siempre querré a mamá. Tu deberías querer a Miguel también.
-Me cae bien. Cuida de mamá y la hace reír. A veces juega conmigo pero no sabe contar esas historias que me cuentas. ¿Nunca has vivido con mamá?
-No. Decidimos tener un hijo en común sabiendo que no íbamos a estar juntos. Quizás mejor así, nos vemos mucho y nos llevamos bien, a pesar de todo, no puedo pedir nada más.
-Me gustaría poder tenerte aquí siempre, con nosotras, y que los cuentos nos los cuentes a las dos.
-Y a mi. La verdad es que a mi también.
-¿Por qué no se lo dices a mamá?
-¿El qué?
-Que la quieres.
-Ya lo sabe, desde hace mucho tiempo, pero no podemos obligar a mami a nada.
-Mamá a veces parece tonta.
-Si-entre risas-a veces si.