viernes, 28 de agosto de 2009

Sin título

Doy vueltas al café, perdido

En un mar de dudas rojo,

En isla caída en el olvido

Que fugaz miras de reojo.


Ancha sonrisa, felicidad,

Mientras sueñas en viajar

Con ciertos aires de divinidad

Más allá de la barra del bar.


Te miro, pero no entiendo

Porqué finjo escucharte,

Porqué no recoges el remiendo

De la vida después de amarte.


Te fuiste dos semanas después,

Hoy solo, vuelvo a nuestro café

Recuerdo ahora todo lo que fue

La vida, nuestra vida, tú té.

miércoles, 26 de agosto de 2009

Falsas sensaciones

Párpados cansados se abren lentamente, con dificultad. No es el olor de tu habitación y lo que me acaricia la nariz no es tu cabello. En su lugar el olor de hierba mojada y el roce de la espiga ondeante. Las manos frotan y expulsan los retazos de un mal sueño, la luz aparece. Los ojos se abren, ante ellos el dulce colorido de la campiña mojada bajo un cielo encapotado, gris pero distinto al de ciudad. El saco de dormir no es tu cama, ni el fusil son tus piernas entrelazadas.

De repente te veo, allí a lo lejos, oculta entre las montañas, tras un valle que no puedo cruzar y que a tenor de lo que me dicen mis ojos se aleja cada segundo un poco más y alargo mi mano con tal de olvidar la espiga y tocar tu cabello pero te sumerges en una distancia que no logro alcanzar.

Muchas noches he dormido en la intemperie, con tu imagen sonriente alejándose cada día un poco más, sin entender porque cada noche vuelves y me acaricias la nariz con tu pelo y note el olor de tu habitación y tus piernas entrelazándose con las mías. Sin entender porque al despertar te alejas, y me dejas entrelazado al fusil, con el tacto de la espiga y el olor a hierba mojada.

jueves, 20 de agosto de 2009

Fragmento

¿Lucía?-la voz trémula denotaba la enorme preocupación, la ansiedad y el hastío de no poder hacer nada-¿Me oyes Lucía?

No se movió. Simplemente estaba allí, tirada en cama de hospital con ese ridículo pijama abierto por atrás.

Miguel nunca había pensado en perder a su mujer. Recuerda cuando la conoció en aquella fiesta de barrio barcelonés y como disfrutó compartiendo tantos momentos con ella, viajes, fiestas, hijos, películas, libros…Todo.

En ese momento Miguel sintió miedo. Miedo por primera vez en mucho tiempo. Miedo a perder su vida. Miedo a perder su compañía. Miedo al sufrimiento. Miedo a la soledad. Miedo al propio miedo. Miedo a perderla a ella.

Cerró los ojos y recordó. Agarró fuerte la mano de Lucía, apoyó su cabeza al lado de la de ella y empezó a hablar…

DESPEDIDA MATINAL

Suena débilmente el sonido digital

Ahuyentando sin aviso, fugazmente,

Los sueños de una vida informal.

Nuevo día, en este mundo para dementes.


Cansado, irritado, con prisas y despacio

Tomo sin ganas ese temprano desayuno.

No miro ni veo nada, me siento reacio

Pensando que mejor mañana ayuno.


Me adentro, te miro y me despido

Acariciándote la mejilla dormida.

Te beso, olvidando de nuevo el olvido

De mil despedidas, de toda una vida.


Hasta pronto te digo, mi dulce menina,

Sonríes, te agitas y me miras cansada.

Hasta pronto, cerrando las cortinas

Sonrío, me alejo y te devuelvo la mirada.